viernes, diciembre 8, 2023
Viajes

Tres ciudades francesas con un gran patrimonio histórico y cultural

Con casi 100 millones de visitantes en el año 2019, Francia renovó ser el país más turístico del mundo, seguido de España que, por primera vez, superó a Estados Unidos. Volviendo al país galo, ¿cuáles son los principales atractivos para recibir tantos visitantes? Sin duda su patrimonio, el cual se reparte por muchos lugares del país. Por nuestra parte, hemos seleccionado tres ciudades francesas con un gran patrimonio histórico y cultural.

París: la Ciudad de la Luz

Casi el 40% de todos los visitantes a Francia recalaron en París, ciudad que por sí misma contó con casi los mismos turistas que recibió Reino Unido el mismo año. Las razones de por qué la Ciudad de la Luz es tan visitada son muchas, y de las más importantes hablaremos a continuación. Pero antes, dejamos información práctica de las mejores zonas donde alojarse en París. En el enlace que os dejamos, además de poder conocer el ambiente que os encontraréis en cada barrio, también hay recomendaciones de los alojamientos y hoteles que os vais a encontrar en cada barrio. Así podréis elegir la zona en función de vuestro presupuesto, ubicación con respecto a las zonas más turísticas y facilitar vuestro viaje a la capital francesa.

Vamos ya con los atractivos de París.

El Sena: el río más romántico del mundo

En torno a él se ha desarrollado la ciudad desde hace más de dos mil años, y todavía continúa con su curso y permitiendo a los turistas disfrutar de románticas experiencias. La más sencilla es pasear por sus orillas, desde la Torre Eiffel hasta el Museo Nacional de Historia Natural.

También podéis cenar en alguno de los muchos restaurantes que hay en la ribera del Sena. Uno muy romántico es La Rose de France, en la Isla de la Cité.

La tercera opción es reservar cena, pero en alguno de los barcos que recorre el río de noche y disfrutar de una experiencia gastronómica y romántica inolvidable.

Patrimonio civil

Otro de los grandes atractivos de la ciudad son sus majestuosas obras arquitectónicas. Por supuesto, la más importante es la Torre Eiffel, techo de la ciudad con 300 metros y terminado de construir en 1889.

Tampoco os perdáis la visita al antiguo hospital de Los Inválidos, hoy un majestuoso hotel; el Arco del Triunfo, al norte, la Plaza de la Concordia, con su gran monolito; la Plaza de la Bastilla o Las Catacumbas de París, antiguas minas en época romana que luego, en el siglo XVIII, se convirtieron en cementerio con uno de los osarios más grande del mundo. Se estima que en las catacumbas descansan 6 millones de personas.

Patrimonio religioso

Pese a ser un país que lidera el laicismo en el mundo, la herencia católica y musulmana se deja ver en su arquitectura. De hecho, cuenta con algunos de los edificios sacros más famosos del mundo como la Catedral de Notre Dame, en la Isla de la Cité; la Gran Mezquita de París, cerca del Museo Nacional de Historia Natural o la popular Basílica del Sacre Coeur, en lo más alto del bohemio barrio de Montmartre.

Por cierto, que en este barrio también es muy visitado el Cementerio de Montmartre, donde descansan grandes de las ciencias, artes y literatura como Zola, León Foucalt, Alejandro Dumas (hijo), Heinrich Heine, Stendhal, François Truffaut o la famosa actriz Jeanne Moreau.

Museos, arte y cultura

Os harían falta semanas para poder visitarlos todos y disfrutar en profundidad de todas sus obras. Aún así, es importante no perderse el Museo de Montmartre; el de Dalí, también en ese barrio; el Museo Picarro, al sur y cerca de la Plaza de la Bastilla; el mencionado Museo de Historia Natural; el Centro Pompidou, frente al río; el de Orsay, una belleza de lugar y, por supuesto, el Museo del Louvre, uno de los mayores del mundo y donde hay obras como la Gioconda, de Da Vinci, o la Venus de Milo.

Además de museos, París también es una ciudad famosa por sus teatros y salas de espectáculos. Tal vez uno de los más famosos sea Moulin Rouge, un café teatro en el límite sur de Montmartre.

No obstante, hay muchos más y de gran entidad como el Teatro Mogador, el Teatro de París, el de Châtelet, o la Ópera Garnier, del siglo XIX y que cuenta con museo y biblioteca.

Lyon

Dejamos la zona norte para hablar de la principal ciudad de la zona alpina francesa, en la frontera con Suiza. Con más de 2.000 años de historia fue una de las principales ciudades de la Galia romana y por ella cruzan los ríos Saona y el gran Rodano. Gracias a la buena conservación de su patrimonio es un lugar ideal para disfrutar de la cultura, el arte y la arquitectura.

Patrimonio civil

Uno de los lugares más bonitos de Lyon es el Parque de la Tête d’Or, en la orilla este del Rodano, construido en el siglo XIX y que puede presumir de ser uno de los más grandes del país. En su interior, además de un gran lago, hay un jardín botánico, un invernadero y un velódromo.

Ya en la zona centro de la ciudad, tampoco debéis perderos la Plaza de Bellecour, totalmente peatonal, de gran tamaño, con zonas ajardinadas y en la que podéis practicar patinaje en su pista de invierno. Además, se encuentra entre los dos ríos de la ciudad.

Precisamente, al otro lado del río Saona se encuentran los restos romanos de la ciudad, entre los que destacan el Teatro Galo-Romano y Lugdunum, también teatro pero además museo al día de hoy.

Patrimonio religioso

No tendréis que andar muy lejos para disfrutar de la arquitectura religiosa de Lyon. El gran atractivo en este sentido es la Basílica Notre-Dame de Fourvière, con un diseño totalmente distinto al de la catedral de similar nombre en París. De hecho, se parece más a la Sacré Coeur del barrio de Montmartre. Fue terminada de construir en 1896 y es el lugar más visitado en la ciudad.

No muy lejos está la Catedral de Lyon, de una fachada bellísima en roca dorada y blanca y muy antigua. De hecho, se empezó a construir en 1180 en estilo románico, y se terminó en 1480 ya en gótico.

Además de los templos católicos, Lyon también cuenta con una de las sinagogas más importantes de Francia y construida en el siglo XIX. Su estilo es neo-bizantino, aunque ha sufrido algunas modificaciones. En cualquier caso, tanto el diseño exterior como interior han logrado que la sinagoga sea considerada Patrimonio Histórico de Francia.

Museos, arte y cultura

Volvemos al Parc de la Tête d’Or para recomendaros visitar el Museo de Arte Contemporáneo de Lyon, pequeño pero con exposiciones interesantes. Justo al otro lado, también podéis disfrutar de conciertos y otros eventos en el Auditorio Les Transbordeur.

Otros lugares de interés son el Instituto de Arte Contemporáneo de Villeurbanne y el Museo de las Confluencias, centrado en las ciencias y que te sorprenderá por su forma de gran barco.

Marsella

Acabamos este repaso por de las ciudades de Francia con mejor patrimonio y oferta cultural con Marsella, en la Costa Azul. Como la cercana Montpellier, tiene una gran antigüedad, de hecho ya servía de colonia y puerto comercial para los griegos en el siglo VI a.C. pueblo que siguió colonizando hacía el oeste hasta llegar a Emporión, la actual Ampurias.

Pese a ser una ciudad muy moderna y turística (posee una amplia línea de metro), aún mantiene mucho patrimonio en pie, uno de sus grandes atractivos.

Patrimonio civil

El primero de ellos es el Puerto Viejo de la ciudad, una entrada de agua de unos mil metros que lleva funcionando como puerto pesquero desde hace siglos. Todavía hoy muchos pescadores se abren paso al mar entre yates y barcos privados y traen pescado a las lonjas para luego distribuirlo en los restaurantes del propio puerto.

Dada su antigüedad, los edificios que rodean al puerto y los talleres para reparación de barcos están considerados monumentos históricos. También, a la entrada del puerto, se encuentra el Palacio du Pharo, una gran mansión del siglo XVIII en una gran explanada y construido de cara al mar.

Precisamente desde el Puerto Viejo podréis subiros a embarcaciones de recreo que realizan visitas al archipiélago de Frioul. En una de sus islas (la más pequeña) se encuentra el Castillo de If, una gran fortaleza construida en el siglo VI, época de piratas, y con la que se quería proteger la entrada a la ciudad por ese lado.

Ya en la ciudad, al este del puerto, también os recomendamos visitar el Palacio Longchamp, de la época de Napoleón III, en estilo neoclásico y que se utilizó en un principio para acumular agua para ciudad. Hoy es un gran complejo con un gran jardín, fuentes y esculturas del siglo XIX y varios museos de los que luego hablaremos.

Patrimonio religioso

Volvemos a la costa, esta vez al Puerto Comercial o Nuevo, al norte del Puerto Viejo. Allí se encuentra uno de los templos más importantes de la ciudad: la Catedral de Marsella, construida en el XIX, en un magnífico y fino estilo neobizantino, dos grandes torres en la fachada principal, tres cúpulas en la parte trasera y decorada con mosaicos en el exterior. En la ciudad la llaman “la mayor”.

Al sur del puerto viejo, otro gran ejemplo de patrimonio religioso es la Abadía de San Víctor, un edificio que más parece una fortaleza y que, aunque ha tenido varias remodelaciones, su cripta lleva en pie desde el siglo V.

El otro monumento católico que no hay que perderse es la Basílica Notre-Dame de la Garde, al sur de la ciudad y sobre un promontorio desde donde tener muy buenas vistas de Marsella.

Museos, arte y cultura

Terminamos nuestro recorrido por Marsella y por su patrimonio histórico y oferta cultural mencionando algunos de sus museos. Uno de los más importantes es el Museo de las Civilizaciones, frente al mar entre los puertos Viejo y Nuevo y que, desde 2013, lleva organizando exposiciones sobre la historia del Mar Mediterráneo.

Como mencionamos antes, en el Palacio Longchamp, hay también varios centros culturales rodeando al gran jardín. Por un lado, dos museos: el de Historia Natural y el Museo de Bellas Artes. Además, para los interesados en la astronomía, también podéis visitar el observatorio de la ciudad.

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