La curiosa (y antigua) historia de la odontología
Hasta la llegada de las clínicas dentales modernas, el mundo de los tratamientos dentales ha pasado por muchas fases desde su origen, y todas han servido –por el clásico método de prueba y error– para configurar la odontología de hoy.
Los aportes provienen de todas las partes de mundo, pues el dolor de muelas o la halitosis provocada por las caries es común a todos los seres humanos. Hacemos un repaso a los más importantes.
Contenidos
- 1 Orígenes de la odontología
- 2 Los egipcios: la pasta de dientes y los primeros implantes
- 3 China: los cepillos de dientes y tratamientos contra el dolor de muelas
- 4 Grecia y las primeras “clínicas dentales”
- 5 La Edad Media: ciencia bizantina y árabe
- 6 El Renacimiento y vuelta al método científico en Europa
- 7 La Edad Moderna y la llegada de la ciencia moderna
- 8 Edad Contemporánea: las sociedades odontológicas
- 9 Siglo XX y XXI: radiología intraoral
Orígenes de la odontología
Es muy posible que arrancar piezas dentales deterioradas se lleve haciendo desde que el ser el humano es ser humano, aunque las primeras pruebas claras de ello datan el bajo paleolítico. Unos restos hallados en el norte de Italia muestran la intervención sobre dientes y muelas con caries.
Durante los siguientes milenios van a apareciendo otros ejemplos pero no es hasta la llegada de la civilización egipcia cuando se atisba el inicio de una ciencia odontológica.
Los egipcios: la pasta de dientes y los primeros implantes
Además de técnicas para retirar piezas dentales, la odontología antigua también empezó a utilizar bálsamos como pasta de dientes. Aunque no eran tan eficaces como los de hoy, tenían una preparación protocientífica. Por un lado, esta pasta contaba con ingredientes que ayudaban a retirar de la superficie de los dientes comida y sarro:
- Sal.
- Cáscara de huevo.
- Piedra pómez en polvo.
Por otro lado, para combatir el mal aliento, se utilizaba:
- Pimienta.
- Mirra.
- Flores.
- Hojas de menta.
En cuanto a los implantes, los egipcios desarrollaron un sistema basado en el uso de perlas y alambres, un sistema muy parecido a las prótesis de hoy. La perla se colocaba en el hueco del diente caído y se sostenía con alambres que se agarraban a otras piezas. Obviamente, dado el alto coste del tratamiento, sólo las clases altas de la sociedad podían acceder al mismo.
Los etruscos y los fenicios, ya en el milenio I a.C, democratizaron un poco esta técnica al hacerla más económica: sustituyeron las perlas por piezas dentales reales o hechas de marfil, mucho más fáciles de conseguir.
China: los cepillos de dientes y tratamientos contra el dolor de muelas
En cuanto a los utensilios para aplicar cualquier tipo de enjuague, además de ramas, pequeños trozos de roca o simples telas con el producto que cada cultura utilizaba, son los chinos los que diseñan los primeros cepillos de dientes. Como los actuales, contaban con cerdas (en este caso de jabalí) y mangos hechos de bambú.
Es curioso que este tipo de producto no tiene presencia en Europa hasta que se importó de la propia China gracias a los viajes de Marco Polo.
Volviendo a China, hay que destacar que también desarrollaron los primeros tratamientos contra el dolor de muelas no invasivos. Gracias a la acupuntura podía reducir el dolor interviniendo en el sistema nervioso con agujas.
Lo que es común en casi todas las civilizaciones antiguas es el uso de finos objetos a modo de mondadientes para retirar restos de comida entre encías. Estos podían ser de madera, de metal, plumas de ave, bambú o hueso.
Grecia y las primeras “clínicas dentales”
A los griegos hay que reconocerles que, como iniciadores, fueron unos genios. Y en la medicina no se quedaron atrás. Sus principales representantes fueron Hipócrates y Aristóteles. El primero es considerado el padre de la medicina, y el segundo un semillero de iniciativas e ideas.
Ambos sabios tenían sus centros de estudio donde enseñaban y practicaban la medicina clínica también orientada a la curación de males bucales como:
- Esterilización de zonas afectadas con diversos ungüentos.
- Tratamientos de infecciones en tejidos con alambres calentados.
- También innovaron en la curación y soldado de facturas maxiofaciales.
La Edad Media: ciencia bizantina y árabe
En el siglo V d.C. cae el Imperio Romano y con él la primacía de la cultura grecorromana. En el caso de Europa central y occidental, el cristianismo arriano y católico se hacen cargo de todos los campos del saber, el cual se estanca e incluso retrocede. Los médicos son sustituidos por curanderos y charlatanes con procedimientos sin base científica alguna. Además, excepto en las clases nobles, a la higiene dental no se le da mucha importancia.
No ocurre lo mismo en el imperio bizantino ni en el árabe. De hecho, estos dos pueblos son los que, desde el siglo V d.C. y el 8 d.C. se hacen cargo que conservar y mejorar el saber grecolatino.
En el caso de los árabes, se le daba mucha importancia a la prevención para evitar males bucales, llegando a recomendar limpiarse los dientes hasta cinco veces al día. Los métodos para el cuidado de la boca eran muy parecidos a los que proponían los grecolatinos, así como sus intervenciones.
De entre todos los médicos que pulularon por el vasto imperio árabe, hay que destacar a Abu al-Qasim Jalaf ibn al-Abbas Al-Zahrawi, nacido en Córdoba en el siglo X y quien redactó el gran tratado médico Al-Tasrif orientado a la cirugía. De hecho así se tradujo al latín.
En este tratado, Abulcasis, como así le llamaban los latinos, además de recopilar la sabiduría anterior, propuso herramientas para eliminar el sarro en las encías, para él, uno de las causas de los males dentales.
El otro gran sabio árabe en cuanto a la medicina y casi contemporáneo de Abulcasis es el persa Avicena, para muchos mejor médico que el propio Aristóteles. En cuanto a la odontología, aportó el uso de arsénico para el tratamiento de infecciones en zonas nerviosas, o descubrió nuevos materiales como la goma arábiga para el relleno de dientes. Todos esos avances están en su Canón de la Medicina o Al-Qanun fi at-tibb.
El Renacimiento y vuelta al método científico en Europa
Es cierto que en la Europa católica, gracias a los viajes de Marco Polo y la creación de las primeras universidades en el siglo XII, se produjo un despertar de la ciencia. Pero no es hasta la llegada del Renacimiento en el siglo XV cuando la ciencia odontológica se volvió a activar.
Por un lado, desaparecieron poco a poco los charlatanes y las creencias en curaciones milagrosas para recuperar los textos grecolatinos y, muy importante, la ciencia desarrollada por los árabes y bizantinos. El descubrimiento de la imprenta en 1453 permitió la difusión de textos médicos de forma masiva. Uno de los más importantes fue un manual recopilatorio de remedios y prácticas para mantener la salud bucal redactado por Francisco Martínez de Castrillo en 1557.
La Edad Moderna y la llegada de la ciencia moderna
La revolución que supuso el Renacimiento provocó la llegada de una revisión de los métodos científicos antiguos para crear las bases del pensamiento moderno, también en odontología. En aquella renovación tuvieron mucho que ver la academia inglesa Royal Society y la francesa Academie des Sciencies. Estas se convirtieron en centros de formación y experimentación médica.
Es también en la Edad Moderna cuando vive el que es considerado el padre de la odontología: Pierre Fauchard, quien redactó el libro El cirujano Dentista. Como en tratados anteriores de otros médicos, recopiló el saber de su tiempo y añadió nuevas ideas y tratamientos para la salud bucal:
- Descripción más exhaustiva de las enfermedades bucales. Diferenciadas por dolencias en las encías, dientes y huesos.
- Nuevas prácticas de higiene dental.
- Desarrollo de nuevos instrumentos quirúrgicos.
Edad Contemporánea: las sociedades odontológicas
Durante la época de la Ilustración nacen muchas sociedades y se da un aumento de hospitales y clínicas ya especializadas en unas dolencias u otras.
En cuanto a los avances científicos, en el siglo XVIII se producen las primeras piezas dentales de porcelana por Chamant y las coronas de oro por Mouton.
Ya en el siglo XIX, la primera mujer Lucy Beaman Hobbs logra ser admitida en una sociedad odontológica; se empiezan a utilizar los fluoruros para prevenir caries; se inventa el hilo dental; se producen las primeras prácticas anestésicas y, en Baltimore, se inaugura la primera Facultad de Odontología en 1840.
Siglo XX y XXI: radiología intraoral
Llegamos al final de este viaje por la historia de la odontología destacando un gran invento del finales del siglo XIX pero que se empieza a utilizar en el siglo XX: la radiología intraoral de Roentgen. Con ese avance se consiguió conocer el origen de muchos males dentales.
Además, con la creación de la penicilina de Flemming en 1929, las infecciones dentales se tratan mucho mejor. También en la primera mitad del siglo XX se avanza mucho en la cirugía maxilofacial, en concreto de la mano del español Bernardino Landete Aragó.
Otros avances en prevención y curación de enfermedades bucales fueron y son:
- Mejora de la eficacia de las pastas dentales y enjuagues bucales.
- Tratamientos protésicos para la recolocación de dientes.
- Implantología de piezas dentales sobre hueso.
- Creación de dentaduras postizas.
Por último, decir que en los últimos años, la odontología se ha desarrollado tanto que ha sido necesario segmentarla en especialidades como la infantil. En cualquier caso, todas y cada una de ellas nos ayudan a mejorar nuestra salud, calidad de vida y contar una mejor sonrisa.