¿Se cierra la ventana para un cambio de paradigma político en España?
Este tema está estudiado: cada cierto tiempo, el paradigma socio-político y socio-económico vigente –«el sistema»– fracasa, cae como un castillo de naipes y la ciudadanía, confusa, mira alrededor buscando algo nuevo que solucione sus problemas y, de paso, los sistemáticos. Ese es el momento para implementar nuevas formas de gestionar un país y nuevas economías; pero la historia también demuestra que eso solo se puede hacer durante un tiempo, porque ese hueco se vuelve a cerrar cuando los viejos paradigmas se recuperan, ofrecen de nuevo bienestar a los ciudadanos y estos, de pasar a buscar alternativas, se afilian a aquello de: «mejor lo malo conocido…»
España, debido a la terrible crisis sufrida, es un ejemplo de esa lógica. A causa de la mala gestión y multitud de casos de corrupción ocurridos en partidos políticos como el PP y el PSOE, el bipartidismo entró en crisis, perdió representación y dejó espacio para la aparición de nuevos partidos que prometían una nueva forma de hacer política que elevara la racionalidad democrática de los ciudadanos españoles. De forma concreta, PODEMOS apostó por devolver la política al Agora a través de los Círculos, y Ciudadanos por sacar adelante al país alejándolo de la vieja dialéctica Izquierda-Derecha, sustituyéndola por el diálogo y una política basada en el pragmatismo y la solución de los problemas de la ciudadanía por encima de los intereses partidistas.
Sin embargo, después de unos años, Ciudadanos se escora al liberalismo conservador y al nacionalismo español (aspectos políticos ya presentes en el Partido Popular) y PODEMOS, pese a contar con gobiernos municipales y participar como socios en algunos autonómicos, no acaba de lograr esa renovación política que pretendían, además de haber abandonado la transversalidad al aliarse con Izquierda Unida. Con todo, al día de hoy, es el tercer partido político a nivel nacional con la duda de si en próximas citas electorales podrá mejorar esa posición o tendrá que conformarse con gobernar en coalición con otros partidos como el PSOE.
¿Qué significa todo esto? Tal vez que el hueco que se había abierto en España para un cambio de relato se está cerrando. Esto no significa necesariamente volver al bipartidismo, pero sí que se abandone la senda renovadora que se había prometido y una evolución en la racionalidad democrática de ciudadanos y políticos.
Si esto es así, no obstante, es posible que solo habrá que esperar a una nueva crisis en la representación política, gobierno del país y el paradigma socio-económico vigente para que se abra, de nuevo, otra ventana y las alternativas económicas y políticas que pululan por las orillas del sistema tengan una nueva oportunidad.