Los Naturales de la Tierra
¿América Latina?.. nos aseguran tanto de ti. Tanto, que mientras más frases inventan para embaucar con sus palabras, menos logramos reconocerte. Porque siempre hablan de ti otros. Otros que te examinan y remueven, deducen, indagan, pretenden y rastrean… Otros que han sido exhaustivos en su investigación, profundos en el acecho. Capital. Otros que se han metido en tus entrañas buscando explicarse como poseerte. Propiedad privada. Como domesticarte. Explotación. Queriendo dominarnos. Comercio.
Economistas de » alto nombre» . Dólar. » Radiantes intelectuales» . Euro. Sociólogos «n eutralmente pulcros». Monopolio . Científicos «respetables». Destrucción de la naturaleza. Historiadores que no alcanzan a descifrar aún «los grandes misterios de la historia» . Hambre. Los eruditos tergiversadores. Miseria. Los sabios quilatadores latinoamericanistas.pagados por el Imperio. Muerte.
Y han cuadriculado tus mapas, añorando las esmeraldas; conocen a la perfección tu hidrografía, el petróleo les atrae. Rastrearon centímetro a centímetro tus montañas, planicies y costas…codician el topacio. Como sátiros ambicionan tu anatomía, el oro les excita; han escupido sus mentiras con metralla, la plata los enardece. Tratan de imponer la fúnebre dictadura de la rapiña, el Amazonas los provoca. Te fotografiaron desde un satélite, olfateando… fotografiaron a tus hombres y mujeres. los archivaron con el sello de confidencial , maquinando; luego desaparecieron sus cuerpos… sangre… carne… huesos, emboscando.
Señorean a los cancerberos de los palacetes del poder, entran-exterminan, salen-ultrajan… como antes lo hacían en sus barcos.
Han escudriñado todos tus rincones selváticos, buscando maderas, gemas y metales preciosos, horas-hombre, horas-fuego, horas-agua, horas-ternura, saqueando. Escarban tu subsuelo rastreando niños con marcas de mochila en los hombros, tras los senos de la otra mitad del cielo, huroneando el semen del jaguar.
Desvían los vientos para que giren sus reflectores engañamundos hacia todos los ojos, pretenden embrutecer con sus luces, lo que sus planes siniestros no han exterminado.
Y de esas mentes infames han nacido las dictaduras militares, las democracias fingidas… la tradición del colonialismo, la Guerra de Baja Intensidad, las nuevas formas de aculturación, la dominación ideológica.
De esas mentes capitalizadas provienen «los grandes misterios de la historia».
América Aborigen ¿Qué podremos decir en este momento, que no hayan dicho ya otras voces, otras letras? Otros que te viven, examinan, reconocen y exploran.
Otras que han sido exhaustivas en su investigación, profundas en sus análisis.
Otras, otros, que con los pasos se construye en un nosotras, nosotros… nosotras…tierra, nosotros… viento, nosotras… agua, nosotros… fuego, nosotras… siembra, [email protected]… [email protected].
[email protected] que se han metido en tus entrañas ingeniándoselas para explicarte y explicarnos, anhelando liberarte. liberarnos.
Y han cuadriculado tus mapas, acarician tu hidrografía, «peinan» tus zonas montañosas, planicies y costas, analizando procesos, dilucidando causas. Quieren transformarte.
Recorren de un cabo a otro tu sinuosa anatomía, escudriñaron cada segundo de tus luces, hurgando en la estructura de tus formas, en la superestructura de tus olores, en la dialéctica de tus texturas.
Te fotografiaron; amar… construir… abrazar; fotografiaron a tus hijos, organizar; le pusieron pie a la fotografía: [email protected] ¡seremos libres!
Han visitado los palacios de adobe, palma, madera, cartón… entran-desnudan, salen-sonríen.
Y de esos cerebros campesinos, corazones bravos; de esas mentes femeninas, obreras, manos valientes; de esos intelectos trabajadores, de esa materia altamente organizada, brillante, luminosa, han nacido las teorías que guían la práctica, la práctica que enaltece a la teoría, el pensamientoandar transformador, que sueña, se rebela, cimienta, lucha y proclama que la cabeza de los explotadores caerá, que no habrá vida para ningún monarca, que la sangre de los traidores no dejará semilla.
América aborigen . ¿qué nos puede doler sin que alguien ya lo haya sufrido? ¿Podríamos acompañarnos en la angustia y la rabia que ocasionan los cuerpecitos indígenas lanzados a un comal, porque al invasor le molestaba que lloraran mientras él violaba a su madre? ¿Qué podremos sentir sin que alguien más lo haya padecido ya?.. ni siquiera como duele tu tortura, también en [email protected] ha arrancado lágrimas, alaridos, silencios, miradas al pasado erigiendo el porvenir, donde el único misterio de la historia es: ¿quién está detrás del pasamontañas?
Y canta que están las serranías y la esperanza, los hombres de la obsidiana, las mujeres y las promesas, los pueblos, las mariposas… las letras. Letra-viva, letra-corazón, letra-beso, letra-mano, letra-ideación, letra hacer.
América aborigen . ¿Algo que decirte?.. Sí, decirte… el amor, pensarte el amor, fundarte el amor.
Puedo decir en este momento -y tampoco es nada nuevo ni exclusivo, afortunadamente para ti-, que hemos escuchado tus gemidos y lamentos, los sonidos secos de los cuarenta mil golpes que te han dado, los cantos húmedos y tibios con los que te has defendido, revoltosa, irreverente, sublevada, insurgente; las risas, los rostros no ya de ilusión, sino de historia.
Decirte que hemos sentido los aplausos fuertes que florecen en los días victoriosos; en las membranas del jaguar y la mariposa que se rozan, mixturan, echan semilla y amaranto.
Y puedo ofrecerte lo insuficiente todo: estrecharnos a lo que ha dolido, embriagarnos de tu pesar, del gran tormento para soportar el sufrir, hacer diminuta la espera y rezumar esperanza.
Lo insuficiente todo: abrazarnos a las letras, a las voces que se escuchan y te viven, acariciando el pasado con los puños cerrados, soñando el futuro con el vientre abierto, para en el presente alzarte hermosa. Aquí estoy, junto a miles de [email protected] escribiendo resplandeciente tu historia.
América es una región donde la riqueza natural y humana reverdece, a pesar de la depredación que siguió a la conquista. Ley del cambio universal y del desarrollo incesante. Por sus arenales sudorosos arribó la expoliación santificada, la devastación, el avasallamiento civilizado.
Entonces al ahuehuete llamaron sabino y el agua interior del corazón humano, derramada a ríos por la ballesta occidental, se trasfiguró en su fertilizante cotidiano de la injusticia: sangre, roja, espesa, entristecida.
Y, abajo, el cuerpo de la mujer se trastornó, a mezquinos latigazos de semen, como objeto común de la vejación, del desprecio y la violencia, y se multiplicaron sus explotaciones, por clase y sexo.
Cuando el conquistador llegó penetró su cuerpo, hizo escarnio; cuando llegaron hasta el placer dejó de ser. no hubo más pares complementarios.
Y fueron excluidas las mujeres, exluidos los hombres; y nació su problema. que, siguiendo las palabras de José Carlos Mariátegui, es el problema de la tierra. de la propiedad privada sobre ella.
En estas tierras fértiles, yaguar. Generosas, quetzal. En los caudales de sus ríos y cráteres volcánicos ardientes hoy de peces multicolores, murciélago.
En estas tierras, serpiente coral. En sus sensuales montañas, vicuña. Ley de la acción recíproca y de la conexión universal. Aquí, en sus bosques espesos llenos de sonidos desenfrenados, casi impúdicos. Polar-Alpino.
En estas tierras, en sus selvas parturientas donde se unen y luchan las contradicciones de las esencias que en ella anidan. Aquí entre las flautas de pan del papagayo y la llama, en los tambores escamosos de la anaconda, entre la marimba cuerpo caimán y el vientre del charango pelaje coatí. Ley del progreso por saltos.
Aquí, entre el presagio afable del cóndor plumas de quena y el aleteo tanguero de la balam pejpen obsidiana; entre boas, palo de rosa, iguanas y nogal. Entre las fauces de los cocodrilos y el sándalo.
Aquí entre monstruos de gila y nopal, han quedado amoratadas las garras usurpadoras de tanto manosear este suelo exuberante que ofrece plata, cobre, zinc, hierro, plomo, bauxita, gas natural, carbón, estaño, níquel, antimonio, azufre.
Bajo los cielos americanos se refugian entre epifitas, lianas y helechos arborescentes algunas de las producciones de petróleo más grandes del mundo, cuyo aroma se confunde con el del café y los cantos del rebelde africano. Ley de la unidad y de la lucha de contrarios . Con el maíz y las guitarras flamencas, trabajadoras. Con el frijol y el fado portugués. El algodón, el azúcar de caña y la sangre de los pueblos originarios, con la riqueza que producen las manos indígenas, mestizas, morenas o blancas… y la pobreza que los ojos claroscuros contemplan y padecen rutinariamente.
Nuestras tierras paradójicas, cobijan la mezcla exótica de la sangre, exilios; vísceras y migraciones; encuentros, carne; desencuentros y arterias.
Estas tierras paradójicas, mixtura de alimento, venas, herramientas y articulaciones; danzas, amores; metatarsos y roces; úteros y sonidos. Tierras paradójicas, composición difuminada de otrosnosotrostodos, de otrasnosotrastodas las tierras.
Contradicciones, tan bella y rica como pobre es su gente.
Tierra de contradicciones. Explotada, insubordinada; masacrada y viva a la vez, depredada hasta el cansancio e incansable insurrecta.
Contradicciones: a las relaciones de dominación les debemos desde el nombre, América Latina, hasta haber perdido el nombre, Nuestra América.
Sin fronteras capitales, sin banderas comerciales, las y los trabajadores de Nuestra América sentimos la ternura solidaria por otrosnosotrostodos los pueblos del mundo, otrasnosotrastodas rebeldes, otrosnosotrostodos hermanos. otrasnosotrastodas trabajadoras.