La ideología de Federico García Lorca
Foto Lorca: Manuel Angeles Ortiz. VEGAP. Madrid 1998 – ALDEASA. Madrid 1998 | Dibujos Buñuel, Dalí y Falla por Jesús Sordo Medina.
Artículo revisado el 18/05/2020.
Contenidos
Introducción
A Federico García Lorca lo mataron por revolucionario; por criticar lo patriarcal en defensa de lo matriarcal; por reconocer el valor de la cultura musulmana en la península ibérica y arruinar así ese «salafismo» cristiano de la derecha española más reaccionaria; por defender los derechos del hombre frente a la alienación de los estados autoritarios de cualquier ideología; por igualar a las clases y a las razas, como hizo con la población gitana; por soltar el puño sobre la mesa contra el capitalismo y la burguesía más inútil, o por equiparar homosexualidad y heterosexualidad.
Lo mataron por denunciar todos y cada uno de los elementos del paradigma de la ultraderecha española en favor de una sociedad más ilustrada, pero sobre todo más humanista, que, solo a veces, coincidía con los principios del comunismo y el socialismo.
La II República Española fue de hecho una república demócrata y burguesa, que se hizo realidad gracias a un tratado de partidos moderados de derecha, centro e izquierda, Alex.
Detención y muerte de Federíco García Lorca
Cuando Lorca fue detenido, al parecer en una operación policial bastante grande para detener a un solo hombre, al poeta lo acusaron de tres delitos: «ser espía de los rusos, estar en contacto con éstos por radio, haber sido secretario de Fernando de los Ríos y ser homosexual» [Federico García Lorca, vol. II, p. 476].
El texto de esta denuncia, hoy perdido, ha llegado a nosotros gracias a la tradición popular que escritores como Ian Gibson han recogido y organizado para poder elaborar una biografía más o menos precisa de los últimos días de Lorca en Granada.
Hoy en día, incluso defensores del franquismo convienen en que la ejecución de Lorca fue un error. También, para muchos, aquellas acusaciones han de ser precisadas. Fue cierta su amistad con Fernando de los Ríos y su homosexualidad; aunque lo de que fuera delito una cosa y otra no tenga ningún fundamento. Sin embargo, que fuera comunista o un espía bolchevique en España era bastante improbable, y el propio Lorca hizo un gran esfuerzo a lo largo de su vida para que su discurso, a veces codo a codo con el discurso socialista, estuviera bien diferenciado del bolchevismo.
Activismo político de Federico García Lorca
Es cierto que Lorca participó -durante los cinco años que duró la Segunda República- en diversas actividades como la compañía universitaria de teatro itinerante La Barraca, con la que viajó por toda España dirigiendo funciones de los clásicos a las clases más humildes, además de promover el intercambio de ideas y la reflexión sobre la libertad para conseguir «una maravillosa cadena de solidaridad espiritual» (Federico García Lorca, Ian Gibson. Vol. II, pag 172).
También es cierto que, como hombre de teatro, intelectual e ilusionado por el proyecto de la República, apoyó a ésta desde su campo, el de las artes y la literatura, para dar solidez a una forma de gobierno democrática y moderna. Sin embargo, el hecho de que fuera correligionario de comunistas, anarquistas, republicanos o socialistas en esa noble misión, no le convertía en miembro de ninguno de estos partidos. De hecho, la República Española no fue patrimonio único de comunistas, socialistas o anarquistas, aunque cada uno tuviera su cuota de poder en la misma.
Entonces, ¿en qué posición política podríamos ubicar a Lorca? Por su independencia personal y política, algunos lo podrían calificar de liberal -un tanto radical, eso sí-; de socialdemócrata, por resistirse a la influencia marxista; otros de republicano moderado, y otros de libertario. Calificaciones demasiado someras y que se han fosilizado a lo largo del siglo XX a la hora definir a alguien en el espectro del centroizquierda.
No obstante, pese a su compromiso y defensa de los más pobres -que le podría colocar en los aledaños de un marxismo humanista, un cristianismo social (era creyente) o un humanismo puro y duro al estilo Séneca- Lorca fue un revolucionario pero no por mandato marxista, sino por mandato artístico. En 1936, cuando ya había terminado la obra La casa de Bernarda Alba, en una entrevista se le preguntó sobre su posición política:
Yo nunca seré político. Yo soy revolucionario porque no hay verdadero poeta que no sea revolucionario. ¿No lo crees tú así?…Pero político no lo seré nunca, ¡nunca! (2)
Lorca, considerando estas palabras, encajaría más como un autor teatral y reformador democrático en la Atenas de Pericles que ocupando asiento en el Congreso Panruso de los Soviets.
No obstante, la línea es muy delgada a la hora de ubicar a Lorca en una u otra posición política, aunque la figura del librepensador de izquierdas y crítico incluso hasta con la misma izquierda -a la que muchos le han querido afiliar- podría ser una posición razonable.
El rechazo de Lorca a la planificación estatal
En sus conferencias, entrevistas, cartas y textos en general hay muchos ejemplos de su crítica hacia los sistemas sociopolíticos planificados y basados en una doctrina determinada, incluida la marxista. En este sentido, queremos detenernos en el discurso que pronunció con motivo de la inauguración de la Biblioteca de Fuentevaqueros, el pueblo natal de Lorca, en septiembre de 1931. Destacamos dos párrafos:
Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero que todos los hombres sepan. Que gocen todos los frutos del espíritu humano porque lo contrario es convertirlos en máquinas al servicio de Estado, es convertirlos en esclavos de una terrible organización social. (3)
Lorca da este discurso cuando la joven República española sólo contaba con unos meses de vida. El dramaturgo, que ya había aceptado su cuota de compromiso para defender los valores más notables de la misma, aunque sin precisar quiénes son aquellos que «solamente hablan de reivindicaciones económicas», advierte de estar alerta, no fuera a suceder que la lucha por lo socioeconómico convirtiera a los hombres en «máquinas al servicio del Estado».
En otro párrafo posterior, Lorca sí da nombres y alude al gran humanista «Fedor Dostoyevsky, padre de la revolución rusa mucho más que Lenin» para justificar la necesidad de dar al pueblo «[…] cultura porque sólo a través de ella se pueden resolver los problemas en que hoy se debate el pueblo lleno de fe, pero falto de luz».
Como vemos, Lorca prioriza la revolución cultural y espiritual a la económica y materialista, ésta última, principio y fin del comunismo marxista. El poeta, por lo tanto, no trabajaba por los demás desde una visión histórica pragmático-científica, sino que lo hacía tal vez retrocediendo hasta una posición hegeliana y buscando la plena realización espiritual e individual a través de la libertad.
Lorca, como otros pensadores, literatos y artistas de su tiempo, apoyaron al Frente Popular, pero desde distintas posiciones ideológicas. Algunos querían una República burguesa, a lo que el Partido Comunista de España se oponía en favor de una República bolchevique. Y ya en tiempos de la República, ser bolchevique era sinónimo de «estalinismo», a lo que la socialdemocracia y el liberalismo, también republicanos, ya habían mostrado sus diferencias con respecto a la aplicación del marxismo-leninismo en Rusia.
Cuánto nos perdimos
En cualquier caso, la muerte de Lorca fue un gran agravio para el mundo de la literatura y de las artes ya que, como el propio poeta confesara, el talento que ya muchos le otorgaban era sólo, como la imagen de un iceberg, una parte ínfima sobre el agua que anunciaba lo que estaba por venir.
«Yo no he alcanzado un plano de madurez aún… Me considero todavía un auténtico novel. Estoy aprendiendo a manejarme en mi oficio… Hay que ascender por peldaños… Lo contrario es pedir a mi naturaleza y a mi desarrollo espiritual y mental lo que ningún autor da hasta mucho más tarde… Mi obra apenas está comenzada» (3).
Es importante finalizar este artículo recordando que, aunque Lorca vivió en el mundo audiovisual, no hay por el momento documentos donde podamos oír su voz declamando un poema, reclamando un derecho para los más pobres o soltando el puño en la mesa contra la injusticia. Nos quedan sólo su textos, sus imágenes y, por supuesto, para reclamar todas las sensibilidades que atesoraba, las voces de otros y otras recitando sus poemas, o cantándolos.
Notas
(1) Romancero gitano / Yerma, Colección Antares, Libresa, pp. 21.
(2) http://www.universoabierto.com/6011/pretextos-discurso-de-federico-garcia-lorca-al-inaugurar-la-biblioteca-de-su-pueblo/
(3) http://www.garcia-lorca.org/Federico/Biografia.aspx?Sel=La+muerte