Lucio Anneo Séneca: biografía, pensamiento y obras
La ciudad española de Córdoba ha sido históricamente un semillero de grandes sabios. Además de Lucio Anneo Séneca, en la también llamada «Ciudad de las Tres Culturas», nacieron los filósofos Moisés ben Maimón (1138-1204), más conocido como Maimónides, y el gran Averroes (1126-1198), para muchos el gran precursor del Renacimiento. Este legado hace que la población andaluza, además de turismo arquitectónico y cultural, ofrezca otro de carácter filosófico. En esta guía en ingles de Cordoba, podéis encontrar una información completa de los lugares imprescindibles que visitar, actividades a realizar, alojamientos recomendados y restaurantes. En ese paseo prestar atención a los lugares donde se honran con estatuas a Séneca, Maimónides y Averroes.
Y ahora vamos con un resumen de la figura de Séneca: biografía, pensamiento y obras.
Contenidos
Introducción a Séneca

Lucio Anneo Séneca es el autor de la sentencia «homo homini sacra res» que, además de ser el lema de la madrileña Universidad de Carlos III, da nombre a nuestra revista, y que se traduce como el «hombre es cosa sagrada por el hombre». Esta afirmación resume bastante bien el pensamiento de Séneca y, de paso, el humanismo filosófico.
Biografía de Séneca
Nacimiento y primeros años
Séneca nació en el año 4 a.C. en la antigua Corduba (actual Córdoba), ciudad perteneciente al Imperio Romano, concretamente a la provincia romana de Bética. Era hijo de Marco Anneo Séneca y Helvia, colonos naturales de Jaén, o Arjona, como se llamaba la ciudad entonces. Su padre fue un importante procurador romano y también destacó como gran retórico, arte el que su hijo se formó pero que acabó por rechazar en favor de la sentencia. Al ser, padre e hijo, pensadores, a Lucio también se le conoce como «Séneca el joven», para diferenciarle de su padre, «Séneca el Retor». Éste tuvo otros dos hijos que ocuparon un lugar de cierta importancia en su tiempo: Lucio Anneo Novato o Juno Galión, quien fuera procónsul de Acaya y que llegó a decidir sobre la fortuna de Pablo de Tarso en Acaya, Grecia, al no entregarle a los judíos de Corintio, donde San Pablo predicaba; y Mela, hombre de negocios y experto financiero que fue padre del poeta Lucano.
La primera etapa de Séneca en Roma
Probablemente, Séneca dejó Hispania a temprana edad, con 4 años. Y, según cuenta él mismo en sus escritos, no lo hizo en compañía de sus padres, sino que pasó a vivir en Roma con Marcia, la hermanastra de su madre. Su vida fue cómoda y eso le permitió formarse académicamente: primero en retórica y estoicismo de la mano del filósofo Atalo, para luego trasladarse a Alejandría junto a su madrastra para estudiar ciencias naturales y ser, con el tiempo, maestro de Plinio «el viejo».
En su estancia en Egipto, Séneca también mostró interés por el misticismo pitagórico de Soción, además de interesarse por los cultos a Isis y Serapis. Aunque hasta el año 31 d.C. su biografía es algo difusa, en los años anteriores también estudió con el cínico Demetrio, además de otros filósofos hasta abrazar, definitivamente, el estoicismo, corriente de pensamiento que no abandonaría hasta su muerte, la cual le identificó más con la misma.
Su segunda etapa en Roma
Cuando, finalmente, Séneca volvió a Roma en el año 31 d.C., se convirtió en Cuestor o magistrado. Años más tarde también accedió al senado y, gracias a su gran capacidad de oratoria, se convirtió en uno de los senadores más populares e influyentes, lo que le granjeó amistades pero también enemigos.
Cuando Calígula, en el año 37 d.C. sustituyó al emperador Tiberio, debido a esa influencia y a sus temores a que cayeran sobre él todo tipo de conspiraciones, ordenó que ejecutaran a Séneca. No obstante, alguien cercano y con influencia en el emperador, informó a éste que Séneca estaba enfermo de asma y de tuberculosis, y que matarle no era necesario, ya que su precaria salud pronto le llevaría a la muerte.
Exilio a Córcega
Tras el asesinato de Calígula en el año 41 d.C. accedió al poder Claudio, quien se enfrentó de nuevo a Séneca pero no le condenó a muerte sino al exilió en la isla de Córcega.
En la isla mediterránea, Séneca se dedicó al estudio y a la escritura de varias obras. A saber:
- Consolación a su madre Helvia, a raíz de la muerte de su padre.
- Consolatio a Polibio, un escrito totalmente estoico dirigido a un liberto de la corte del emperador Claudio.
Tercera época en Roma
Tras ocho años de exilio, en el año 49 d.C, Séneca es reclamado a la corte de Claudio por Agripina, nueva mujer del emperador y madre de Nerón. Ésta quiere que se encargue de la educación de su hijo, responsabilidad que Séneca acepta, lo que deviene en el perdón imperial. Séneca es nombrado pretor de Roma y vuelve a la primera fila de la política. Agripina realiza este generoso gesto hacia Séneca para que la popularidad de éste mejore la reputación del emperador Claudio, según cuenta Tácito.
En el año 54, Nerón se convierte en emperador de Roma con 17 años y Séneca asciende aún más políticamente convirtiéndose en consejero imperial, junto con un oficial militar llamado Sexto Afranio Burro. Aunque ambos eran solo senadores, detentaron el poder del imperio y tomaron medidas muy importantes que, según el emperador Trajano, supuso la mejor época de gobierno en todo el imperio.
Pérdida de poder y muerte
En el año 59, Agripina fue asesinada por Nerón, quién también acabó con la vida de su hermano Británico. Este hecho supuso un antes y un después en la vida de Séneca pues empezó a perder poder ante la envidia del propio Nerón. Además de haber creído rumores sobre un romance entre el pensador y su esposa, Nerón no aprobada la gran riqueza que Séneca había acumulado.
En el año 62, Burro murió (o fue asesinado) y la situación de Séneca se volvió insostenible y, ya sin influencia ninguna en el senado, tuvo que pedir a Nerón dejar su puesto y entregar todo su patrimonio. Se le fue concedida la petición y el pensador, con su nueva mujer, Paulina, abandonó Roma para viajar por el sur de Italia.
En este tiempo escribió sus mejores textos, como las Cartas morales a Lucilio, un poeta y procurador de Roma en Sicilia.
Pese al alejamiento de la vida pública, su pupilo Nerón no dejó de instigarle y en el año 65 fue acusado de participar en la Conjura de Pisón para asesinar al emperador. Este hecho fue aprovechado por Nerón para purgar a muchos nobles, entre ellos a Séneca. Éste, cuando recibió la noticia, junto a su mujer, decidió suicidarse cortándose las venas. Como la muerte no llegaba, pidió beber cicuta (como Sócrates), para finalmente, darse un baño muy caliente, lo que le provocó un ataque de asma que finalmente acabó con su vida en el año 65 d.C.
Pensamiento de Séneca
Séneca vivió una vida dedicada a partes iguales al pensamiento más profundo y ascetismo, y también a la vida pública en Roma como una personalidad importante, por lo que hay contradicciones entre lo que escribe y lo que hace. También se dan contradicciones en su pensamiento, lo hace difícil declarar que Séneca creara un sistema de pensamiento cerrado. En cualquier caso, sí que hay que destacar la novedad de su espiritualismo moral y la dignidad de esta por encima del Todo.
Séneca en el contexto del Estoicismo Romano o Estoicismo Nuevo
Séneca es el mayor exponente del estoicismo romano , más que Marco Aurelio y Epícteto. Como doctrina, la «estoa» fue creada por Zenón de Citio en el año 301 a.C. en el Pórtico de las Pinturas (stoa significa «pórtico»), en Atenas. Su filosofía era, básicamente, promover el control de las emociones por vía de la razón para alcanzar la ataraxia, un estado mental y emocional ajeno a las perturbaciones exteriores, incluso al hecho de la muerte.
De esa base bebía el estoicismo romano o tercer movimiento estoíco tras el Antiguo y original, y el Medio de los siglos II y I a.C. como Posidonio de Apamea, Catón el Viejo o Escipión como principales representantes. Pese a ser Séneca uno de los filósofos que más aportó al Estoicismo Nuevo, esta corriente también tuvo adeptos anteriores como el gran Cicerón.
Vemos ya el pensamiento de Senéca por disciplinas filosóficas.
Sobre la Filosofía Natural y la importancia de obedecer a la Naturaleza
Aunque, de forma general, Séneca separa la filosofía natural de la filosofía del ser humano o ética, hay relación entre ambas.
En el caso de la filosofía natural, Séneca recibe la influencia de Poseidonio (filósofo griego del siglo anterior) además de otros filósofos antiguos, a los que conocía profundamente. A esto, hay que añadirle que Séneca, como Aristóteles, era un gran observador de la naturaleza.
Filósofo práctico, toda su filosofía gira en torno al «sofós», el sabio o la filosofía y una moral regida por la virtud. Virtud que proviene del buen juicio reflexivo, el cual convive en el espacio de la vida psicológica con la pasión y el ímpetus, aspectos que hay que vigilar porque pueden despertar la irracionalidad.
En cuanto a la sabiduría, como estoico, pensaba que ésta se conseguía obedeciendo a la naturaleza (que a veces identifica con Dios o el Destino), la cual estaba regida por la razón. Esta posición es la única manera de ser feliz.
Sobre la lógica y la libertad
En el campo de la lógica, sigue el materialismo del estoicismo clásico. Es decir: no cree en un universo de ideas esenciales platónicas sino en lo corpóreo de todas las cosas, y que cada objeto está conectado y organizado con un todo. Hasta las ideas y el propio alma (spiritus) son entidades físicas, partículas unitarias parte de un alma universal, la cual mantiene la cohesión de la tierra y su unión con el cielo.
También como los estoicos, pensaba que la razón era la que conseguía tranquilidad de espíritu. Y esa tranquilidad la libertad alejada de la perturbación emocional nacida de los deseos, de intentar cambiar el mundo o de la ira. Esa era la verdadera libertad para los estoicos.
Sobre la sociedad, los hombres y la política
Séneca opinaba que Roma había perdido sus conexiones con sus antepasados, especialmente a nivel moral, lo que había llevado a la capital del imperio a la decadencia, al excesivo materialismo y a la amoralidad. De ahí que Séneca, aunque continúe creyendo (como el estoicismo clásico) que la razón es el principal valor, en la resignación ante la muerte y en el suicidio como la salida más digna ante ciertas situaciones, orienta los mejores textos de su obra hacia la ética y la moral para la renovación espiritual del ser humano.
Como en el pensamiento de Aristóteles, cree que el hombre es un animal social, y que unos y otros deben respetarse de forma sagrada (Homo homini sacra res). Condena la esclavitud, las luchas de gladiadores, aboga por perdonar al enemigo y hacer el bien. Que un hombre haga daño a otro va contra la naturaleza y, por lo tanto, contra la razón.
El «senequismo», por lo tanto, se convierte en una filosofía práctica cuando aborda las relaciones humanas y hasta utópica con un toque religioso. En este sentido, se ha propuesto desde el mundo cristiano –no sin una intención apologética– que la filosofía ética de Séneca está impregnada de paulismo por la similitud en algunos aspectos de los textos de Séneca con las Epistolas de San Pablo.
Sobre la muerte y la trascendencia
Sin embargo, la filosofía de Séneca está más condicionada por la influencia del cinismo y el epicureísmo, que provocan que Séneca vea la filosofía como una herramienta o enseñanza que provee de bienestar emocional y consuelo en la vida ante temas como la muerte.
Además de su posición estoica clásica estoica ante la muerte, Séneca también opina que solo las almas superiores que han vivido acorde a la razón (Naturaleza, Dios o Destino) y por tanto a la virtud, trascenderán tras la muerte, mientras que las que hayan vivido apegadas a lo material y a las bajas pasiones no lo harán.
Sobre Dios
Por último en cuanto a su pensamiento, sobre Dios Séneca rechaza el panteón grecolatino, afirmando que solo hay un Dios y que las demás divinidades solo son características de ese ser supremo. Dios es el orden del Universo, y los hombres deben obrar a cada momento según sus dictados, a lo que él denomina Destino. El universo es la patria de los hombres y no cree en las nacionalidades.
La obras de Séneca
Aunque algunas de sus obras se han perdido, se sabe que Séneca escribió hasta nueve tragedias, textos sobre filosofía de la naturaleza como Naturalium quaestiorum Ubri Septem; Apokolokyntosis, obra satírica sobre el emperador Claudio y las siguientes obras morales:
- Ad Lucilium de Providentia.
- Ad Serenum de constantia sapientes.
- Ad Novatum de ira.
- Ad Marciam de consolatione.
- Ad Gallionem de vita beata, para defenderse de políticos envidiosos que le acusaban de poseer demasiada fortuna.
- Ad Serenum de otio.
- Ad Serenum de tranquillitate animi.
- Ad Paulinum de brevitate vitae.
- Ad Polybium de consolatione.
- Ad Helviam matrem de consolatione.
- Ad Aebutium liberalem de beneficiis.
- Ad Neronem Caesarem de clementia
Epístolas o Cartas a Lucilio
Muchos de los temas tratados en textos anteriores vuelven a retomarse en su obra más conocida La cartas a Lucilio, 124 cartas morales (en 20 libros) que Séneca escribió entre los años 62 y el 64 d.C.
A diferencia de otros escritos, el lenguaje utilizado por Séneca en las cartas era mucho más coloquial, vigoroso y expresivo donde primaba la sentencia y llegaba a criticar a la retórica por perjudicar a la naturalidad. Un resumen de las cartas morales:
- En los tres primeros, Séneca aconseja a Lucilio el retiro y dejarlo todo para dedicarse completamente al estudio de la filosofía, única capaz de conseguir la felicidad de los hombres.
- En estas cartas, Séneca también trata de la muerte, a la que hay que entregarse sin temor y mansamente; la realidad última y que igualaba a los hombres.
- Séneca también habla del suicidio y sus diversas formas, y lo considera el acto más digno, por radicar ahí la libertad del hombre.
- Aunque Séneca fue siempre un hombre acaudalado, en sus Cartas morales también promovió el despojo de los bienes materiales o la pobreza inspirándose en el cinismo.
- Sobre el poder opinaba que el monarca debía ser alguien justo y que uno de los tres males que mortificaban a la sociedad era el abuso de poder.
- También criticó los juegos del César, por ser «verdaderos homicidios» ante la frivolidad del público.
- Proclamó la igualdad entre todos los hombres, incluso de los esclavos.
La influencia de Séneca en el pensamiento universal
Séneca coincide con el nacimiento del cristianismo y la hegemonía del monoteísmo contra el politeísmo. Sus escritos morales –con notas religiosas– se han querido vincular con las epístolas de San Pablo. Unos y otros difieren entre quién influyó a quién, aunque Séneca es muy posible que no conociera la existencia del cristianismo y fuera él quien influenciara a los apologetas cristianos.
Más allá de esto, los escritos de Séneca han tenido una fuerte influencia en la filosofía natural y es uno de los pilares de la corriente de pensamiento humanista, ya iniciada por Cicerón.