viernes, diciembre 8, 2023
Filosofia

El concepto tiempo-eje en la Era Axial

[Artículo revisado el 23 de febrero de 2023]

Hominización y humanización

El ser humano ha prosperado en lugares como los valles de los ríos y las costas gracias a las condiciones geográficas y climáticas favorables, lo que permitió la aparición de la agricultura, la domesticación de animales y el aumento de población.

Todo ello, también permitió a muchas personas dedicarse a actividades intelectuales, lo que desarrollo el pensamiento. Así, tras cientos de miles de años de un proceso evolutivo de hominización y con sólo pequeños avances en el mundo del pensamiento, con ese bagaje, tras la sedentarización y la emergencia de las civilizaciones comenzó otro proceso evolutivo al que podríamos llamar humanización.

Paleolítico
(40.000 a.C.)
El hombre perfecciona el uso del lenguaje.

Sedentarismo
(10.000 a.C.)
Cambia el clima. Nace la agricultura.

Primeras civilizaciones (3.500 a.C.)
Sumeria, Indo, Creta, Egipto. Nace lo urbano.

Era Axial. Tiempo-Eje
(800-200 a.C.)
Se sientan las bases de las civilizaciones actuales y el pensamiento moderno. 800- 200 A .C.

Inicio de la Era Axial

La proto-epistemología se desarrolló en culturas ubicadas entre los paralelos 40 y 20, desde Asia hasta Europa, incluyendo países como China, India, Persia, Babilonia, Egipto, Grecia y Roma. Estas culturas evolucionaron gracias a ventajas climáticas que permitieron su progreso. A pesar de que se dieron algunos intercambios entre estas culturas al principio de la historia, estos no eran muy intensos.

El filósofo y psicólogo alemán Karl Jaspers considera que la Era Axial, el verdadero eje de la historia humana, comienza en el siglo VIII a.C. y abarca desde el año 800 al 200 a.C. Durante este período, que va desde la aparición de las obras de Homero hasta el establecimiento de las escuelas post-aristotélicas, se produjo un profundo cambio en el que el ser humano se hace plenamente consciente a nivel existencial y epistemológico, iniciando un proceso de espiritualización en el que el ser humano se convierte en sujeto y objeto de sus propias investigaciones religiosas y filosóficas.

Qué es el Tiempo Eje y su lapso temporal

En el plano colectivo, la sociedad se vuelve más urbana. La crisis y la inestabilidad en la religión antigua se hace patente, especialmente en los siglos VI y V a.C.

Estas dos centurias, para Karl Jaspers y dentro de la Era Axial (recordemos 800-200 a.C.), constituyen el Tiempo-eje (1). Y es precisamente en este periodo cuando se produce la aparición de la mayoría de los grandes sabios de la antigüedad y la irrupción de sus doctrinas en todos los ámbitos de la sociedad.

Claro está que esa renovación se produce primero en un número reducido de pensadores y reformadores religiosos y políticos, para luego ir impregnándose en los demás estratos de la sociedad durante los siguientes siglos.

Tanta fue la fuerza y difusión de estos nuevos paradigmas filosófico-religiosos, que aún mantienen su vigencia a lo largo y ancho del mundo, y han definido en muchos aspectos a las civilizaciones actuales.

Ámbito espacial y corrientes

Qué es el Tiempo-eje y la Era Axial

En este periodo y en una línea geográfica entre los paralelos mencionados 40 y 20 se dieron: la aparición del Budismo, el Taoísmo, el Confucionismo y todas las posibles tendencias filosóficas, desde el escepticismo al materialismo, la sofística y el nihilismo, además de la doctrina de amor universal de Mo Zi o Mo Di; los Upanishads, que sintetizan el vasto y complejo conglomerado de creencias hinduistas, y la doctrina vital del jaina Mahavira; la doctrina de Zoroastro en Persia; la impronta de Elías, primero, y luego Jeremías e Isaías en el judaísmo, y el llamado paso del Mito al Logos en la Magna Grecia desde los presocráticos hasta Platón.

Además, en el aspecto sociocultural, se produjeron intercambios más profundos: India entró en contacto real con China; Palestina con Babilonia y Grecia con Egipto. Aun así, no fue hasta las conquistas de Alejandro Magno sobre el Imperio Persa cuando, de forma deliberada, se produjeron auténticos enriquecimientos de unas doctrinas sobre otras gracias a la ambición del hijo de Filipo y discípulo de Aristóteles de alcanzar una ecumene helenística o universalización de la cultura griega en todo el mundo.

Qué cambios en filosofía y espiritualidad se produjeron durante el Tiempo-eje

Según Jaspers, la característica más importante de esta época en los «tres mundos» (Oriente, Oriente Medio y la Helade griega), es que el ser humano percibe de forma clara su propia existencia y la impotencia ante temas tan trascendentales e inevitables como la muerte. Al tiempo que reconoce sus propios límites vitales, también se esfuerza en alcanzar las metas más altas en el tiempo que le toca vivir y, de manera más concreta, en la posibilidad de superar, en vida, el sufrimiento que su propia consciencia le provoca. Si la reflexión le lleva a tal estado de ansiedad, es también la reflexión la que le permite buscar soluciones a sus problemas. El pensamiento se vuelve objeto de su propio pensamiento al tiempo que accede a lo universal.

El nuevo panorama intelectual y espiritual que surgió en el pasado dio lugar a debates internos que se manifestaron en discusiones interpersonales a través de la dialéctica. Esto llevó al desarrollo de la oratoria y, aunque inicialmente hubo divisiones y caos espiritual, finalmente se establecieron categorías que siguen fundamentando en gran medida nuestra forma de pensar, convivir y organización social en la actualidad.

El fin de la era mítica y la transición al pensamiento racional quedó plasmado en el paso del mito al logos en la filosofía griega y en otros pensamientos, como el de Confucio. Se estableció una visión histórica, cosmológica y vital más impermanente e intuitiva, basada en la razón. Los conceptos y categorías míticas se revisaron y reedificaron bajo nuevos términos.

Caen los demonios que atemorizaban al hombre y se demuestra, mediante la razón, su inexistencia. La ética se alza como ciencia reflexiva sobre el comportamiento humano y se desecha la moral del miedo a los seres de ultratumba. Y sobre todo, y esto es extensivo a todas las latitudes donde se da este avance, el ser humano busca la trascendencia, unirse a lo universal y más sublime: el Atman, el Tao, el Logos, el Nirvana o Dios.

La nueva sabiduría creciente lleva a determinados individuos (Buda, el Tao, Sócrates, etc.) a la investigación ética y mística, alcanzando «lugares internos» donde el ser humano no había penetrado aún. Se concretan los caminos por donde transita el sufrimiento, las razones que lo provocan y las vías de salida para escapar de él, aumentando en calidad el estado de bienestar espiritual.

Al mismo tiempo, se busca cómo mejorar la calidad de vida a nivel material y la organización social para una mejor convivencia. Son conocidas las medidas de Confucio, prácticamente paralelas a las de Clístenes en Grecia. Todo se reduce a investigar ante las nuevas posibilidades que nacen de la reflexión.

Fin de la Era Axial

Pese a la grandeza de esos objetivos, los siglos VI y V a.C., sin embargo, no lograron acabar con la mentalidad mítica, pues solo unos cuantos lograron acceder a esa especie de «iluminación» racional.

La historia humana está llena de avances y retrocesos, y el Tiempo-eje y la Era Axial acabaron su recorrido con la emergencia de los imperios. No obstante, todos estos sistemas de pensamiento sobreviven como pilares intelectuales para esos superestados: el Imperio Romano se impregna de la cultura clásica; en China, la dinastía Han instituye el confucionismo, y Asoka, el budismo. Los imperios se construyen por la fuerza de la espada, pero hay algo nuevo: tienden al espíritu, a la revisión racional de su realidad y, entre ascensos y descensos, a un avance positivo desde el punto de vista individual y social.

Como si de una presa acuífera se tratara, en los siglos VI y V a.C. se rebasaron los antiguos niveles de conciencia, provocando un desbordamiento intelectual y espiritual que se canalizó durante varios siglos para aportar mejoras en este proceso de humanización en el que aún nos encontramos.

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Notas

(1) Karl Jaspers busca otra concepción de la historia más universal, donde el Tiempo-eje, objeto de estudio, sea el mismo para toda la humanidad, independientemente de su cultura. Este tiempo-eje hablaría de un tiempo en el cual la conciencia del ser humano sufrió una transformación profunda sin el apoyo de una fe determinada o un elemento sobrenatural, es decir, un proceso de crecimiento intelectual y sobre todo espiritual.

Opiniones

Jesús Sordo Medina

Programador informático, redactor y director de homohominisacrares.net