Breve introducción al arte contemporáneo
Uno de los primeros temas que se tratan en las clases de historia del arte en Madrid, es que el conocimiento y expresiones humanas constituyen un cuerpo poliédrico. A cada uno de los lados los hemos categorizado en ciencias, humanidades, tecnología o artes, pero realmente no dejan de simbolizar la propia actividad humana y de estar unos relacionados con otros. Por lo tanto, hablamos de una evolución de la expresión de los seres humanos interdisciplinar, es decir, como un lado de ese cuerpo poliédrico influye sobre el otro.
Esta reflexión tiene, tal vez, el ejemplo más representativo en el arte. Y dentro del mismo, es el siglo XX el periodo en el que la filosofía, la política, la tecnología o la ciencia más intervienen en la propia creación artística. Estos complejos movimientos crearon el llamado Arte contemporáneo.
Contenidos
- 1 Definición del término arte contemporáneo y contexto histórico
- 2 Cómo influyen la filosofía, la ciencia y la política en el arte del siglo XX
- 3 Arte contemporáneo hasta la Primera Guerra Mundial
- 4 Periodo de entreguerras hasta Segunda Guerra Mundial
- 5 Se amplían los límites del arte. Ya nada volverá a ser igual
Definición del término arte contemporáneo y contexto histórico

Desde un punto de vista estrictamente lingüístico, arte contemporáneo es aquel que se produce en el tiempo en el que uno vive, es decir: es el arte actual. También la suma de los términos «arte» y «contemporáneo» aluden a las expresiones artísticas de una época histórica (la contemporánea) y que abarca los siglos XVIII, XIX y XX.
No obstante, desde un análisis más preciso y centrado en la evolución de la propia producción artística, arte contemporáneo aglutina a artistas y corrientes desde finales del siglo XIX, teniendo en pintores como Picasso a uno de sus grandes iniciadores. Además y, sobre todo, arte contemporáneo es una posición radical de ruptura con el relato clásico abriendo un cauce de expresión artística que pobló el siglo XX de corrientes, subcorrientes y numerosos estilos artísticos más allá incluso de la pintura, escultura, poesía o arquitectura.
Dicho esto, y aunque insistimos en que contemporáneo es un concepto interpretable según lo miremos con ojos históricos o estéticos, veamos los antecedentes que promueven esa ruptura con los relatos clásicos.
Cómo influyen la filosofía, la ciencia y la política en el arte del siglo XX

Como decíamos en la introducción, todos los quehaceres humanos se influyen entre sí. El romanticismo no hubiera roto con el neoclasicismo sin la filosofía de Schopenhauer, la música de Wagner o la literatura de Byron. El impresionismo no hubiera hecho lo propio con el romanticismo sin las revoluciones liberal y burguesa y sin el desarrollo científico y tecnológico que permitieron crear nuevos pigmentos para el óleo con los que los pintores pudieron utilizar colores más vivos y sustituir la función descriptiva de una obra artística por la de impresionar. Tampoco la arquitectura hubiera evolucionado hasta la Escuela de Chicago sin la Revolución Industrial.
Sobre este devenir científico, filosófico y civilizatorio se asienta el arte contemporáneo del siglo XX. Y esa ruptura con los relatos clásicos a modo crítica constituye el pilar fundamental sobre el que se asienta lo contemporáneo: la ampliación de los límites para la creación artística.
Arte contemporáneo hasta la Primera Guerra Mundial

El inicio del siglo XX está teñido de movimientos de masas con el marxismo y el anarquismo como principales protagonistas; también de la incipiente ciencia de la psicología y del desarrollo de las ciencias, especialmente de la física. Antes de la Primera Guerra Mundial y con el Salón de Otoño de 1905 como evento más importante dentro del arte, en París ya se establecen unas primeras corrientes totalmente contemporáneas en el sentido estético de la palabra: el Fovismo de Matisse; el Cubismo de Picasso y Juan Gris; el Futurismo de Boccioni, y el Expresionismo de Munch.
Estos primeros artistas contemporáneos del siglo XX ya se sienten tan libres a la hora de crear como los pensadores e intelectuales de su tiempo, y se dejan impresionar por los acontecimientos políticos, sociales y filosóficos de su tiempo. En ellos hay una importante conciencia de grupo y se crean los primeros manifiestos artísticos. También, la psicología invita a los artistas en cualquier disciplina a dejar de describir su realidad para pasar interpretarla, creando obras totalmente alejadas del relato clásico.
Este periodo, final de la Belle Epoque, concluye con la Primera Guerra Mundial, que afectará enormemente a la evolución del arte y producirá un giro artístico que durará unas décadas hasta precisamente la Segunda Guerra Mundial.
Periodo de entreguerras hasta Segunda Guerra Mundial

La libertad creadora de los primeros años del siglo XX aumenta tras la Primera Guerra Mundial. Los creadores se lanzan a la búsqueda del arte por el arte y el número de corrientes y estilos artísticos se multiplica dando comienzo el arte de las minorías.
En ellos, también se plasmarán las nuevas realidades sociales y una concepción bastante pesimista del ser humano dada las muestras de su irracionalidad. En esas lides, nacerá el surrealismo o el dadaísmo, contrapunto y antítesis del racionalismo.

Los acontecimientos que tienen lugar alrededor del artista y dentro de él, crearan un arte más complejo a la hora de interpretarlo, verdaderos jeroglíficos. Uno de ellos, ya al final del periodo de entre guerras es el Gérnica de Picasso, que no existiría probablemente sin la sinrazón de la Guerra Civil española y otros conflictos de la primera mitad del siglo XX.
Otro nuevo conflicto armado a gran escala, la Segunda Guerra mundial, dará un nuevo giró a la producción artística.
Se amplían los límites del arte. Ya nada volverá a ser igual

Tras la Segunda Guerra Mundial el mundo se polariza con el capitalismo y la promoción del individuo por un lado, y el comunismo y el protagonismo de las masas y el estado, por otro. Ambos movimientos inciden en el arte.
En el caso de arte bajo el amparo de sociedades capitalistas, la búsqueda del arte por arte se radicaliza y las propuestas artísticas buscan ensanchar los límites expresivos aún más con corrientes como el minimalismo o el arte abstracto.
Los artistas del mundo capitalista tampoco son ajenos al fenómeno del consumismo y aparecen movimientos como el Pop, donde los cánones artísticos clásicos desparecen por completo.

Pese a que países como Estados Unidos fomentan el individualismo y la sociedad de mercado, la influencia del marxismo promovida por el bloque soviético y China se deja notar en las sociedades capitalistas y en las creaciones artísticas. Especialmente a partir de la década de los años 60 del siglo XX, la política entra de lleno en terreno del arte y promueve la expresión artística para remover conciencias.
Dentro también del terreno de la expresión artística politizada, no necesariamente vinculada al marxismo, el arte feminista constituye una de las propuestas artísticas más importantes de la segunda mitad del siglo XX, y con mayor repercusión en la sociedad, especialmente capitalista.
Llegados a este punto, la oferta artística se hace múltiple y diversa. A las nuevas propuestas se añaden revisiones de corrientes clásicas como el hiperrealismo. La aparición del fenómeno televisivo no es ajeno a todos estos movimientos y hacer una historia del arte categorizada se convierte en una misión cada vez más complicada.
Más información: Clases de historia del arte en Madrid
